Durante el otoño de 1878, Van Gogh ejerció de sacerdote en una comunidad minera muy pobre de Borinage, una provincia valona de Bélgica.
Transcurrió dos años antes de darse cuenta que aspiraba a otro destino: iba a ser un gran pintor. Esta elección cambiará para siempre la historia de su vida y la de la pintura.
Los elementos claves de la narración de esta película son las cartas que el joven Van Gogh enviaba a menudo a su hermano. A eso se añade una mezcla de evocaciones y de entrevistas de expertos, que nos ayudarán a arrojar luz sobre los primeros días del joven Van Gogh como pintor.
