Hace 17.000 años, en la oscuridad de las cuevas, los hombres de Cromagnon pintaron sobre las paredes la primera representación del cielo y sus astros.
¿Podría considerarse la cueva de Lascaux como un templo dedicado a las constelaciones celestes?, ¿La idea os parece aberrante? Pues es esta misma idea que trata de demostrar Chantal Jègues-Wolkiewiez, etnóloga y astrónoma independiente.
Entre investigación policíaca y cuento astronómico, la película nos sumerge en el albor de los tiempos para contarnos la emergencia de una nueva ciencia situada en una encrucijada de disciplinas: la astronomía y la prehistoria.